Sopa Boba

Desde el Convento de Campolapuente

En la bajada de la Villa de Cornago, pasando el río,… hay un vallecito circundado de copudos olivos, de frondosas arboledas y muy lleno de diversos y variados árboles fructíferos que le hacen agradable por su hermosura y variedad, estando tan separado de la Villa que lo hacen muy oportuno para la vida religiosa. Así describe el cronista de la Orden de San Francisco el lugar del emplazamiento del Convento.

D. Juan de Luna y su esposa y prima Dª María de Luna, compraron esta granja e iglesia por trescientos florines de oro, construyendo un modesto convento con una iglesia cuya capilla fue desde 1528 lugar de enterramiento de la dinastía de los Luna de Cornago.

El número de monjes enclaustrados era entre dieciocho y veinticuatro según las épocas. La comunidad conventual socorría a los pobres que llamaban a sus puertas y también a los labradores y pastores que, al mediodía, solicitaban comida. El Convento proveía de sayales a los de su Orden de Burgos y Cantabria, procedentes de la fábrica de sayales de la Villa, que se abastecía de lana de oveja chamarita negra, autóctona de Cornago.

El convento se abandonó a raíz de la desamortización de Mendizábal en 1835, siendo sus tierras vendidas y sus bienes repartidos entre los diferentes templos de la localidad.

Hoy el Convento permanece en ruinas, pero sus monjes vuelven con su borriquita a repartir "sopa boba" entre los ciudadanos de Cornago, el domingo de las Jornadas Medievales.

Monjes de Campolapuente Monjes de Campolapuente

Dónde estamos

Cornago, La Rioja.