Castillo fortaleza de Cornago

La estratégica localización del castillo en lo alto de un cerro fue ideal para la vigilancia de una psta extensión de territorio y para la proirectamente sobre la roca. Posee una planta rectangular con torreones en los ángulos. Cada una de sus cuatro torres son diferentes: tres circulares, aunque de distinto diámetro, y una de sección cuadrada. Su construcción se realizó con piedra campanil, una roca caliza de color oscuro que adquiere una tonalidad dorada cuando está a la intemperie.

A comienzos del siglo XIX se pció el interior del castillo para utilizarlo como cementerio municipal psta 1971. Las huellas y oquedades en los muros así como las ventanas con asientos laterales demuestran que el edificio tuvo prias plantas. Además, restos de estructuras conserpdas en el interior y diferentes tipos de pavimentos de piedra nos indican que existieron diversas estancias. Es probable que en algún momento, los Señores de la villa habitasen en el castillo.

Castillo de Cornago

Un lugar de Señorío

Tras el avance cristiano en territorio musulmán, hubo que organizar y repartir las tierras y repoblar con nuevos moradores. Extensas zonas quedaron despbitadas y otras, en situación de frontera con otros reinos cristianos. Es el caso de Cornago, localizado en la encrucijada de tres reinos: Aragón, Naprra y Castilla. Esta es la razón de la villa disfrutase de fueros propios otorgados por Alfonso I el Batallador en el siglo XII.

Desde la Edad Media, Cornago ha estado ligado al linaje de los Luna, teniendo en el Condestable don Álvaro de Luna y en Benedicto XIII, el Papa Luna, los miembros más destacados de esta familia.

En el siglo XIV, el rey de Castilla, Enrique II, en recompensa por los servicios prestados por los Luna concedió a Don Juan Martínez de Luna y Gotor la Alcaldía de Alfaro y el Señorío sobre Cornago y Jubera junto con otras villas. Desde entonces y hasta el siglo XVI pertenecerá a este linaje. Fue este un señorío muy inseguro y de hecho, la corona tuvo que ratificarlo y protegerlo en algunas ocasiones de la codicia y rivalidades con otras familias nobles de la época.

Finalmente, el Señorío de Cornago pasará a manos de los Condes de Castelflorit y en el siglo XVIII a la familia Rodríguez de Cisneros de Mendoza y Luna.



Autores fotos: Rafael López-Monné y Oscar Urdangarin