La iglesia parroquial de San Pedro es un edificio construido con sillares, sillarejo y ladrillo. La obra parece de finales del siglo XV, aunque la torre no se terminó hasta el XVII, de ahí la diversidad de materiales que pueden verse en su fábrica.
Tiene una nave de dos tramos y su cabecera es triangular. Sus bóvedas están cubiertas de terceletes y las columnas son triples y adosadas. El templo es de cruz latina y ambos lados de la cabecera hay dos capillas, también cubiertas de terceletes, dedicadas a San José y a la Virgen del Rosario. La sacristía está situada en torno a la cabecera y está cubierta de cielo raso.
Cuando el retablo estaba ya construido, eln16 de enero de 1709, Domingo Marín, se comprometió a mandar dorar el retablo a sus expensas, por un importe de dos mil ducados, con cargo a su fortuna. El trabajo de dorar el retablo corrió a cargo del riojano Don Bernardo de Alesón, vecino de la Villa de Munilla y de Don Antonio Forte, de la Villa riojana de Aguilar del Rio Alhama. Al pie del retablo figura el nombre y apellido de Don Domingo Marín, gran “mecenas” de la Parroquia de Cornago.
La estructura del retablo es de anchura de die metros y la altura, diecisiete, desde el suelo a las bóvedas. Consta de cuatro grandiosas columnas salomónicas con motivos florales a base de uvas. La hornacina central la ocupa San Pedro, titular de la Parroquial, a tamaño natural. A la derecha aparece San Andrés Apóstol y a la izquierda, San Pablo. En la parte superior, el retablo presenta el “Calvario”, también con imágenes de tamaño natural, representando al Crucificado, San Juan y la Magdalena. La construcción de la espaciosa sacristía es obra del año 1650 y tuvo que ser derruida en 1926 por no ofrecer las máximas garantías de seguridad.
La estancia quedó reducida a un tercio de la anterior. En 1951, gracias a la colaboración económica de un sacerdote residente en América, vinculado a Cornago por lazos familiares, Do Manuel Espinosa Gamarra, la primitiva sacristía es reconstruida totalmente.
En 1716 se construyó el púlpito y un año más tarde fue colocada la consistente puerta de acceso al templo parroquial. En 1818, es inaugurado el “Via-Crucis” que comprendía el recorrido de alrededor de la Iglesia y el Castillo, con paradas en los lugares señalados con una cruz para cada estación.
Hasta hace unos años cada 29 de junio, festividad de los santos Pedro y Pablo, se realizaba culto solemne en el templo y un animado baile en el pueblo. En la actualidad, el festejo ha quedado reducido a una misa. La Cofradía de la Vera Cruz, actualmente desaparecida, construyó en el siglo XVII una capilla en honor a la Virgen de La Soledad, viéndose ampliada la planta del templo. La obra se fue completando con un retablo, con tallas o imágenes, con grandes lienzos… y así poco a poco, la Virgen del Rosario fue sustituida como patrona de los cornagueses por la de la Soledad.
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